martes, 1 de abril de 2014

¿Que tanto sabemos sobre cebollas?



Cebolla amarilla o dorada
Amarilla
El miembro más conocido y usado de la familia de las liliáceas es la cebolla amarilla. Es la cebolla con la piel exterior cobriza y la pulpa blanca. Este tipo se puede utilizar en cualquier tipo de comida, tienen un sabor intenso y cuando se cocinan se tornan de color marrón claro, si quieres darlo un sabor especial a tu plato no dudes en utilizar la cebolla cabezona amarilla.






Cebolla morada o roja


Morada


Más dulzona que la blanca, la cebolla con pigmentos violáceos es la más idónea para incluir en la ensalada. No sólo porque da un toque de color , sino porque es en cruda como mejor se aprovechan todas
sus virtudes. Además de cebolla morada, también es habitual la denominación cebolla roja, pues dependiendo del cultivo y otras particularidades, pueden variar la tonalidad de morado rojizo a violáceo, pero coinciden en que el color se encuentra en la superficie de cada capa u hoja de la cebolla, siendo su carne de color blanco, apreciándose al corte.



Blanca
Tiene un sabor fuerte y se emplea igual que la cebolla amarilla, en salsas, guisos y otros platos cocinados. Es más crocante. La cebolla blanca tiene un sabor más picante que la cebolla amarilla. Tiene una piel más fina, similar al papel. Se pueden cocer, como las cebollas amarillas, pero las cebollas blancas troceadas y añadidas a salsas crudas y chutneys aportan un gusto muy especial.





Dulce o Vidalia
Este tipo de cebolla le regala a los platos un sabor dulce intenso, se puede utilizar cruda y son muy comunes para hacer los famosos
anillos de cebolla, si quieres darle sabor a la carne y pastas puedes caramelizarla y agregarla. Gustativamente proporciona una gran satisfacción, debido fundamentalmente a su suculencia y escaso picor, que no deja un gusto desagradable en la boca una vez consumida, hecho que marca la diferencia con el resto de las variedades de cebolla.



Shallot o Chalotas
Las chalotas o escalonias son muy apreciadas en la cocina tradicional y en la más alta cocina, son muy aromáticas, ofrecen un sabor suave, dulce y delicado que se encuentra entre la cebolla y el ajo. Incluyéndolas en nuestros platos, proporcionaremos un exquisito sabor ligeramente dulce y picante. Los principales países de cultivo en el mundo occidental son Francia, los Países Bajos, Estados Unidos y el Reino Unido. Otras zonas de cultivo importantes son el Sudeste de Asia y en África.

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